Miércoles 06 de Abril de 2022 | Matutina para Menores | Respétate

Respétate

“Y creó Dios al hombre a su imagen” (Génesis 1:27 p.p.).

Nuestro versículo de hoy es hermoso. ¡Somos hechos a imagen de Dios! Cuando pienso en las personas que creen en la evolución, siento una gran tristeza. ¡Qué poco valor tiene la vida humana cuando uno piensa que es producto de una “coincidencia”! ¡Qué poco sentido se le debe ver a esta existencia al estar convencidos de que descendemos de los monos!

En cambio, cuando sabemos que somos seres creados a la imagen de Dios, nuestro valor se multiplica. Dios también tomó tiempo para diseñarnos, para moldearnos en el vientre de nuestra mamá con gran amor y con ternura infinita. Ser creado a imagen y semejanza de Dios no quiere decir que eres igual a él; pero sí quiere decir que eres maravilloso, único y especial. Y también quiere decir que debes cuidarte y respetarte.

Tal vez nunca pensaste en respetarte a ti mismo. Piensas en respetar a Dios, a tus padres, a tus maestros, a tus mayores, e incluso a tus compañeros. Pero, ¿sabes?, respetarte a ti mismo es muy importante.

Habrás visto personas que no se respetan a sí mismas. He visto muchas personas cruzar la calle, o conducir autos de una forma en la que pareciera que su propia vida no les importase. ¡No seas tú uno de ellos! “¿Pero cómo me respeto a mí mismo?”, podrías preguntarte. Hay varias cosas que debes tener en cuenta para respetarte como la maravillosa obra divina que eres.

Primero, recuerda respetar tu cuerpo. Ten cuidado con la forma en que juegas y en que cruzas la calle. Controla lo que comes, toma mucha agua y cepíllate los dientes. Duerme lo suficiente. Higieniza tu cuerpo. Respira aire puro y ejercítate.

Además, respeta tu mente. Observa qué está ingresando a ella. ¿Qué programas ves; qué juegos te interesan? ¿Qué libros lees y cuáles son las conversaciones con las que llenas tus pensamientos? En otras palabras, dale a tu mente la nutrición que necesita.

Y, algo muy importante, respeta tu corazón. Fuiste hecho para estar conectado a Dios. Dedica tiempo para llenar tu corazón de Jesús. Lee tu Biblia, ora cada día. Usa tu voz para alabar al Señor. Dedica tiempo a servir a otros.

Recuerda: no fuiste hecho por casualidad. Cuida tu cuerpo, tu mente y tu corazón. Solo así estarás respetándote a ti mismo, honrando al Dios que te creó, y cumpliendo tu propósito en esta vida.

Cinthya

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