Sábado 18 de Septiembre de 2021 | Matutina para Mujeres | ¿Quién manda en la casa? – II

Sábado 18 de Septiembre de 2021 | Matutina para Mujeres | ¿Quién manda en la casa? – II

Escuchar Matutina

¿Quién manda en la casa? – II

“Ser paciente es muestra de mucha inteligencia; ser impaciente es muestra de gran estupidez” (Prov. 14:29).

La madre y el padre están en una posición de liderazgo en el ho­gar; ambos en acuerdo y en consenso, deben tomar decisiones que redunden en la protección, el bienestar y la funcionalidad del sistema familiar. Pero para tener un liderazgo compartido, es necesario conocer y tomar en cuenta las necesidades de la familia y de cada uno de los miembros que la componen. De lo contrario, puede transformarse en una tiranía, donde se ejerza abuso de los unos sobre los otros. Escuchar, ceder, dialogar y respetar los derechos del otro son las mejores herramientas para lograr un liderazgo compartido y equilibrado. 

Dentro de este liderazgo compartido, también se debe tomar en cuenta el sentir de los hijos y, si contribuye al bienestar de la familia, se les puede per­mitir que tomen algunas decisiones a medida que vayan teniendo la edad adecuada para ello. Esto les ayudará a sentirse valorados, aumentará su auto­estima, los ayudará a madurar y, en su vida adulta, tendrá un impacto para que sean personas equilibradas y más seguras de sí mismas.

De acuerdo con el doctor D. Curran y otros expertos, entre las tensiones que más controversia causan en el liderazgo de los padres está la discusión respecto a los siguientes aspectos: las finanzas, la educación y la disciplina de los hijos, el tiempo en familia, la comunicación, la formación religiosa y la definición de los valores que regirán en el hogar; estos últimos serán los ejes orientadores que les darán dirección dentro y fuera de casa. 

En palabras del pedagogo Manuel Martínez: “Para un liderazgo efectivo, compartido y recíproco, escuche con paciencia (hace falta callar para escu­char), no contradiga en forma impertinente, no juegue al ofendido, gobierne con energía mas no por la fuerza, no asuma ningún rol, ni el dominante ni el sumiso, sea ecuánime y aproveche las habilidades de cada uno”.

Cuando la emoción y la razón se entrelazan, cuando el silencio y la voz se combinan, y la paciencia y la cordura vencen a la impaciencia y la soberbia, Dios es glorificado en el hogar y los ángeles del cielo son los huéspedes per­manentes de esa familia. Querida amiga, Dios bendiga tu hogar.

Deja una respuesta