Irresponsables en la casa de Elí
“[Los hijos de Elí] menospreciaban las ofrendas de Jehová” (2 Samuel 2:17).
Pocos malos ejemplos hay en la Biblia tan espantosos como la vida sin control de los hijos de Elí. La Biblia los llama “los hijos de Belial”, y afirma que “no conocían al Señor”. Para que entiendas la profundidad, significa algo así como hijos de la inutilidad o hijos de la irresponsabilidad.
¿Cuándo empezó la irresponsabilidad y el descontrol en la vida de estos muchachitos? Imagino que su padre, como líder espiritual del pueblo de Israel, habrá querido educarlos en piedad y orden. Entonces, ¿qué falló? Ofni y Finees, que así se llamaban estos muchachos, son nombres egipcios, paganos, y significan “renacuajo” y “el nubio o negro”. Ellos pretendían servir al Señor, a quien no conocían. Hicieron del oficio santo, de su responsabilidad como sacerdotes, simplemente un medio de ganar dinero. Se aprovechaban de la confianza de las personas para sacar provecho personal. Les imponían ofrendas a las personas y exigían lo que debería y debe darse de forma voluntaria y santa.
Y todo comenzó con un primer paso en la dirección equivocada. Elí llegó tarde en auxilio de sus hijos. Les permitió deslices, irresponsabilidades… Habrán comenzando con pequeños pecadillos, un error “sin importancia” aquí, y luego otro más grande allá, hasta que se acostumbraron y cada vez los hicieron más descaradamente. Sin duda fue un camino que bajó poco a poco hasta su perdición completa. Elí habló a sus hijos en algún momento, pero ya era tarde. Por esto, Dios pronunció sentencia sobre Elí y su casa.
Deslices, irresponsabilidades, pecadillos… Así comenzaron ellos. Hoy, mirando con tristeza su historia, podemos aprender sobre la importancia de ser responsables en las pequeñas cosas.
Hay una famosa frase, atribuida a varios personajes célebres, que espero pueda guiar tus pensamientos y acciones hoy. Dice así: “Cultiva un pensamiento, cosecharás una acción; cultiva una acción, cosecharás un hábito; cultiva un hábito, cosecharás un carácter; cultiva un carácter, cosecharás un destino”.
Mirta