“Flota como una mariposa, pica como una abeja”
“Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna,a la que fuiste llamado” (1 Timoteo 6:12, NVI).
Muhammad Alí fue realmente especial en su época. Sus padres le pusieron el nombre Cassius Clay pero, a lo largo de su vida, recibió muchos apodos: “El Thrilla in Manila” y “Louisville Lip” son un par de ellos.
El 29 de octubre de 1960, disputó su primer combate de boxeo profesional. Desde ese primer encuentro, fue evidente que no era un boxeador común y corriente. Sus manos eran enormes y sus brazos unos cinco centímetros más largos que los de la mayoría de los boxeadores, lo que le permitía evitar fácilmente los puños de su oponente mientras bailaba por el cuadrilátero lanzando golpes. Puede que incluso hayas escuchado en la radio una canción que se escribió sobre él hace mucho tiempo: “¡Muhammad! ¡Muhammad Alí! Flota como una mariposa y pica como una abeja”.
Alí era conocido por burlarse de sus oponentes y de los medios de comunicación con frases de una sola línea, que algunos podrían llamar las primeras formas de rap.
A lo largo de su vida, recibió muchos honores. En cuatro ocasiones fue campeón mundial de peso pesado.
También fue invitado a la Casa Blanca y fue proclamado atleta del siglo por su gran impacto en el deporte profesional.
Es bueno que no tengamos que luchar para ganarnos la vida como lo hizo Muhammad Alí. Es bueno saber que no todo en la vida se resuelve en un ring. Sin embargo, Pablo nos dice en nuestro versículo bíblico de hoy que hay algunas peleas que debemos luchar. Estamos peleando la buena batalla de la fe contra Satanás y sus ángeles. A veces, parece que Satanás ganará porque sus tentaciones son muy fuertes y no hace saber que tiene muchos trucos bajo la manga. (Después de todo, es un luchador experimentado.)
Pero, nada de eso importa si has entregado tu corazón a Jesús. Él subirá contigo al cuadrilátero de la vida y te ayudará a convertirte en un campeón. De hecho, él luchará por ti, si lo dejas. Esa es una oferta que no puedes rechazar.