Viernes 24 de Junio de 2022 | Matutina para Menores | Palabras del corazón

Palabras del corazón

“Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona” (Mateo 15:18, NVI).

“¿Te lavaste las manos antes de comer?” Probablemente esta pregunta la escuchas varias veces al día. Pareciera que a los adultos les gusta el jabón. Pero ahora piensa: ¿cuántas cosas sucias has tocado hoy? Tal vez te sonaste la nariz, saliste al patio a jugar con la pelota que rebota por el suelo, o acariciaste a tu mascota. Sin importar lo que hagas, es casi imposible evitar que te ensucies. Ahora, empieza a contar todos los alimentos que necesitas comer usando las manos y lo fácil que es que los gérmenes pasen de la mano a la boca. Por eso, lavarte las manos es la mejor forma de evitar que te contamines y se propaguen los gérmenes con todo lo que tocas.

No queda la menor duda, lavarse las manos antes de comer puede ayudar a evitar que los gérmenes se propaguen, pero hoy Jesús nos recuerda que hay otras cosas que puede ser mucho más contaminantes. Los dirigentes religiosos del tiempo de Jesús eran muy estrictos con las leyes y las tradiciones para asegurarse de la limpieza. No permitían que nada impuro entrara a su boca. Un día vieron en los discípulos de Jesús algo que no les gustó y les preguntaron: “¿Se lavaron las manos antes de comer?” Jesús les contestó: “No es lo que entra por la boca lo que contamina, pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona” (ver Mat. 15:18).

Por favor, ten en cuenta esto: lo más importante no es lo que comemos, sino lo que decimos. Lo que sale de tu corazón como resultado de tus pensamientos, sentimientos y motivos. Tus palabras y actitudes no brotan de lo que comes, sino de tu corazón. Los malos sentimientos provocan palabras hirientes y hechos violentos. Las palabras dichas con odio dañan a todos, al que las dice, al que las recibe, e incluso a los que están cerca y oyen. Las palabras malintencionadas hieren lo más profundo del alma.

No tienes que gritar o enojarte cuando alguien te molesta. ¡Tú tienes el control! Ejercer el dominio propio es muy importante para dominar tus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Que no te dominen tus sentimientos. Que tu corazón sea limpio y agradable a Dios. La próxima vez que te pregunten si te lavaste las manos, recuerda que también debes mantener limpio tu corazón.

Magaly

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