El milagro del minitornado
«Hemos venido de un país muy distante, hasta donde ha llegado la fama del Señor su Dios».
Josué 9:9, NVI
Osorio estaba pasando un mal momento. No tenía trabajo y por eso su familia estaba sufriendo. Todos decían que era un hombre fiel a Dios y de mucha oración. Cuando visitaba su iglesia, podía ver a aquel hombre corpulento, elevando sus brazos al cielo en oración para que Dios le proveyera de un trabajo para sustentar a su familia.
Un día, mientras caminaba se vio envuelto en un remolino que levantó hojas y papeles que giraban a gran velocidad, era como un minitornado. Entonces un papel se le pegó en la cara. Cuando pasó la ventisca, vio que se trataba de la publicidad de una empresa de gorras que apenas estaba abriendo sus puertas en Cartagena, Colombia, a unos 424 kilómetros de donde vivía.
Osorio sintió que esa era la respuesta que esperaba de Dios. Se convertiría en el vendedor de los productos de esa empresa en su ciudad. Oró, llamó a los dueños de la fábrica y les contó su experiencia, les dijo que Dios le había mostrado que debía trabajar con ellos. Los dueños de la compañía quedaron sorprendidos de que uno de los volantes distribuidos solo en la ciudad de Cartagena fuese a parar tan lejos. Dijeron que ellos no tenían planes de vender en otras ciudades hasta que el negocio no creciera en la sede. Pero que consideraban que lo sucedido era un milagro.
Le enviaron los catálogos y Osorio hizo un primer pedido. Cuando le pidieron que pagara el importe establecido él les dijo que no tenía un solo centavo, pero que no tuvieran temor porque él era un hombre cristiano. Les prometió orar por su empresa y les pidió que confiaran en él y lo ayudaran. Así que los ejecutivos le enviaron el pedido sin tener que pagar nada. Apenas hubo vendido los productos, realizó un segundo pedido y pagó el dinero por ambos envíos.
Los dueños de la empresa quedaron impresionados por la honestidad de este hombre y decidieron visitarlo. Le dijeron que estaban maravillados por su fe y por el Dios a quien él servía. También le contaron que el negocio había experimentado múltiples bendiciones y que ellos creían que era el resultado de sus oraciones. Así actúa Dios.
Recordemos siempre que él provee por medios que a veces no esperamos y siempre ampara a sus hijos. ¿Necesitas un milagro? El @Dios que provee te dice hoy: «Clama a mí».