¿Quién nos da el poder de testificar?
“Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra” (Hechos 1:8).
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- Dios.
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- Jesús.
¿Has hablado alguna vez a tus amigos o familiares de Jesús?
Pues eso es lo que significa testificar en la Biblia. Dar testimonio a otras personas de lo que Jesús ha hecho por ti.
Testificar es compartir las bendiciones que Jesús te da cada día, contar las oraciones que Jesús te ha contestado, hablar a los demás de que Jesús murió para salvarte, de que sientes su amor y cuidado cuando vas a la escuela, de que te da de comer cada día… y muchas cosas más.
En la Biblia, hay muchos ejemplos de personajes que testificaron de Jesús (como Pablo, Pedro, Juan, David…). Algunos daban testimonio con sus palabras, pero otros lo hacían mostrando su amor por los demás (como Abraham, Rut, Dorcas…).
¿Crees que es difícil testificar? Para testificar, solo hace falta una cosa: conocer a Jesús y relacionarte con él.
Puede que al principio te parezca difícil, pero el Espíritu Santo te ayudará a hablar y decir las palabras adecuadas. Eso fue lo que le ocurrió al apóstol Pedro después de recibir el Espíritu Santo en el Pentecostés. Salió a la calle y comenzó a hablar sin parar de la vida, de la muerte y de la resurrección de Jesús.
¿Sabes cuántas personas se bautizaron después del testimonio de Pedro? ¡Más de tres mil personas! Si quieres, puedes leerlo con tu familia en la Biblia, en Hechos 2.
Piensa en alguna persona que no conoce a Jesús. Escribe sus nombres en tu Diario de Oración. Ora por ellas y pídele al Espíritu Santo que te ayude a hablarles de Jesús.
