Lunes 27 de Diciembre de 2021 | Matutina para Adultos | A la fiesta de Dios

Lunes 27 de Diciembre de 2021 | Matutina para Adultos | A la fiesta de Dios

A la fiesta de Dios

“Porque Dios tenía reservado algo mejor para nosotros, para que no fueran ellos perfeccionados aparte de nosotros” (Hebreos 11:40).

Abel percibió la promesa de un Redentor e hizo las cosas a la manera de Dios. Enoc se convirtió en amigo de Dios y se fue a vivir con él. El arca fue un testimonio de la fe de Noé en Dios. Abraham y su familia salieron y siguieron obedientes la ruta de Dios. Moisés rechazó honores y el poder del momento, debido a su confianza en el elevado destino que Dios les había señalado a él y a su pueblo. Rahab, convertida y refugiada en la sangre de Jesús, llegó a ser parte de la genealogía registrada por Mateo como uno de los honorables progenitores de Cristo.

¿Qué más puede decir Pablo? El tiempo faltaría para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, así como de Samuel y de los profetas. Todos ellos, por fe, conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Experimentaron oprobios, azotes, prisiones, cárceles, apedreamiento, ser aserrados y muerte (Heb. 11:32-39).

Pablo no pretende enumerar a todos los fieles de todos los tiempos; tan solo destacar que la fe y la fidelidad son esenciales para la paciente y comprometida espera de la venida del Señor. 

Los identificados y los no identificados no tienen aún “lo prometido”, pero ya recibieron el testimonio de Dios de que su fe será galardonada. La celebración espera hasta el fin. Los fieles del pasado y los del presente aguardan la promesa del futuro. Una multitud atravesará los portales de la Resurrección y serán los primeros del desfile victorioso, seguidos por los vivos transformados. 

La fe crece oyendo su Palabra y hablando con su Autor. No es un lujo para unos pocos, sino una necesidad para todos. “Es privilegio de cada cristiano no solo esperar sino apresurar la venida del Salvador. Por la fe podemos estar en el umbral de la Ciudad Eterna, y oír la bondadosa bienvenida dada a los que en esta vida cooperan con Cristo” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, pp. 479, 480). 

La galería de los héroes de la fe está incompleta. Aún hay lugar. El Dueño del Universo aguarda por ti y por todos los que, por su gracia, llevarás a la fiesta de los fieles.

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