Chispita
“Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas” (Proverbios 27:23 p.p., NVI).
Gustavo tenía un perrito llamado Chispita que sus padres le habían regalado para su cumpleaños, junto con el siguiente consejo:
–Gustavo, Chispita es tu mascota, de modo que tienes que darle de comer y ponerle agua todos los días. Hace calor, y si no lo cuidas sufrirá sed.
–Sí, papá; lo haré –prometió Gustavo.
Los días fueron pasando, y Gustavo se iba olvidando de darle de comer y ponerle agua en el plato a Chispita. Solo se acordaba si los padres le decían que tenía que hacerlo. Una tarde, llegó Roberto, su amigo, trayendo un nuevo autito a pedal. Los muchachos jugaban a que estaban manejando un gran ómnibus. Hasta que comenzaron a sentir sed.
–Vamos a mi casa –propuso Gustavo–. Mi mamá nos dará limonada fresca. Luego de darles limonada, la mamá le hizo acordar a Gustavo de darle agua a Chispita. Pero Gustavo se fue a jugar. A la hora de la merienda volvieron por unos sándwiches y más limonada. Nuevamente, la mamá le recordó a Gustavo darle agua a su perrito. Pero era tan divertido jugar que se olvidó.
Finalmente comenzó a atardecer, así que terminaron el juego y cada uno fue a su casa. En ese momento llegó el papá de Gustavo del trabajo, así que entraron juntos a la casa. Mamá los estaba esperando con la cena lista. Cuando se sentaron a la mesa, la mamá preguntó:
–Gustavo, ¿te acordaste de darle agua a Chispita?
–Mmm… no. Me olvidé –dijo Gustavo.
–Ven –dijo la mamá–, vamos juntos a ver a tu mascota.
Pobre Chispita. Estaba con la lengua afuera, al lado de su platito de agua… vacío.
–Hijo –dijo la mamá–, con el gran calor que hizo esta tarde tú recibiste una fresca limonada las veces que quisiste. En cambio, tu perrito se la pasó en el patio con mucha sed. Necesitas ser más responsable.
Gustavo comprendió que ser irresponsable perjudicaba a otros, y se propuso ser más cuidadoso y practicar la responsabilidad. Y tú, amiguito, ¿quieres ser responsable?
Gabriela
(Adaptación del relato “Chispita” de Hildegard Stanley, El Amigo de los niños, año 6, cuarto trimestre de 1979, N° 4).