Martes 18 de Enero de 2022 | Matutina para Mujeres | Obra maestra

Martes 18 de Enero de 2022 | Matutina para Mujeres | Obra maestra

Obra Maestra

«Somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás» (Efe. 2:10, NTV).

¡Somos una obra de arte! La palabra griega traducida en este versículo como «obra maestra» es poiema, de la que deriva la palabra española «poema». La idea es simple y conmovedora: somos una obra de arte creada por las manos de Dios. Somos su hermoso poema. Sin embargo, muchas veces nos miramos en el espejo o nos vemos reflejadas en las miradas y los rechazos de los demás, y no ve­mos el poema que Dios está escribiendo. En lugar de una obra maestra, vemos un borrón de tinta, un mamarracho.

En esos días en los que nos sentimos tentadas a desconfiar de la capacidad del Artista, recordemos las sabias palabras del escritor y teólogo estadounidense Timothy Keller, como se cita en The Prayer God Loves to Answer [La oración que a Dios le encanta responder], de Daniel Henderson: «¿Qué es el arte? El arte es hermoso, el arte es valioso, el arte es una expresión del mundo interior del creador, del artista. Imagina lo que significa esto. Eres hermosa, eres valiosa, eres una expresión del mundo interior del Artista… Cuando Jesús se entregó en la cruz, no dijo: “Voy a morir solo para que sepas que te amo”. Él dijo: “Voy a morir, voy a sangrar por tu esplen­dor. Voy a transformarte en algo hermoso, […] en algo espléndido, magnífico”».

Tú y yo somos obras de arte, poemas únicos del amor y la gracia divina. Imagina a Dios como una abuela, que teje un suéter o borda un tapiz. Imagina a Dios como un cocinero, que prepara el postre más delicioso. Imagínalo como un lutier, que cons­truye un instrumento musical. Imagínalo como un escultor, como un pintor, como un matemático que crea un teorema… ¿Puedes verlo sonreír, lleno de felicidad y con amor exuberante, por su creación? ¡Claro que sí! Con esa misma sonrisa, con el mis­mo brillo en sus ojos, Dios te mira hoy y te dice: «Hija mía, tú eres mi obra maestra, eres mi poema».

Señor, tú eres el Artista supremo. Yo soy tu poema, tu obra de arte. Soy la expresión del amor y la creatividad de tu corazón. Por eso, soy única, valiosa y bella. Confío en tu capacidad y en tu fidelidad para completar la obra que comenzaste en mi vida. Sé que no te detendrás hasta que refleje tu gloria más plenamente

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