Divina probabilidad
«Dice el necio en su corazón: “No hay Dios”». Salmo 14: 1
Aquella era la primera noche de nuestro ciclo de conferencias. Después de presentar el tema, decidí despedir a los visitantes. Una dama me esperó a un lado hasta que salió la última persona. Me dijo que había invitado a su esposo desde que se anunció el programa, pero que él, quien era ateo, le había dicho que, si el predicador le daba un argumento válido sobre la existencia de Dios, entonces estaba dispuesto a asistir a las conferencias. Acordamos una visita en la mañana.
Al llegar, él mismo inició la conversación diciéndome que realmente a él no le interesaba asistir a esas reuniones, pero que para calmar a la esposa había aceptado mi visita. Ella estaba orando en su habitación. Él dijo que solo necesitaba un argumento que le hiciera por lo menos pensar en la posibilidad de la existencia de Dios. Mientras lo escuchaba, vi en la mesa del comedor unas monedas, bolsas, un calendario. Todo eso me sugirió una idea. Tomamos diez monedas del mismo valor, recortamos los números del calendario del uno al diez. Pegamos los números en las monedas y las pusimos en orden. Tomamos una bolsa y él mismo colocó las monedas dentro. Las mezclamos y le pedí que las sacara una a una.
Entonces vino la pregunta: ¿Cuantas probabilidades cree que hay de que las pueda sacar en orden ascendente? Lo intentó muchas veces y nunca lo logró. Entonces dijo que era muy difícil lograrlo. Aproveché para decirle que era igual de difícil colocar todas las piezas de un reloj en una bolsa, agitarlos y luego arrojarlas de un solo golpe sobre la mesa y lograr que el reloj saliera armado y funcionando. Sonrió y dijo que eso era imposible. Entonces insinué que lo mismo ocurriría si colocábamos en un costal las partes de un ser humano y, después de agitarlo, pretender que el ser humano saliese entero y con todas sus funciones. Reconoció que era absurdo. Entonces afirmé que es igual pretender que todo lo que existe salió de la nada sin que hubiese un Creador. Aquella noche asistió a la reunión y también asistió todas las noches que siguieron.
¿Cuáles son las probabilidades de que todo haya surgido por casualidad y finamente ajustado para permitir la vida en la tierra? Esa pregunta ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo, pero la respuesta está en la Biblia: Dios existe, él te creó y te ama tanto que dio a su único Hijo por ti; y hoy el mismo @Dios desea entablar una relación contigo. ¿No es ese un mensaje maravilloso?