El consuelo que viene de Dios
“Dichosos los que sufren, porque serán consolados” (Mateo 5:4).
Es posible que cada vez que escuches la palabra “prueba”, pienses en la hoja con preguntas que tu profesor te da de vez en cuando. Pero no todas las pruebas son del tipo que tomas en el colegio. A veces, una prueba puede significar que pases por momentos difíciles o que soportes alguna aflicción. Tal vez un amigo se aleja y te sientes solo, alguien a quien amas se enferma, otras personas se burlan de ti porque eres cristiano, tu perro se escapa de casa y no lo encuentras por ninguna parte…
Pruebas como estas pueden hacer que te sientas triste y que te preguntes por qué Dios permitió que te sucediera esto. Pero él es soberano y tiene el control de todo. No te sorprendas por las pruebas que has enfrentado. Como “Padre de toda consolación”, Dios está listo para ayudarte a superar estas pruebas. ¿Cómo puedes contar con él en esos momentos? Habla con Dios mediante la oración. ¿Y cómo responderá él? Dios te hablará por medio de la lectura de la Biblia y las impresiones del Espíritu Santo.
¿Sabes qué es lo más interesante? Consolado por Dios, puedes compartir el consuelo que has recibido y ayudar a otros.