Matutina para Adultos | Jueves 30 de Enero de 2025 | Un ideal mejor que el olímpico

Matutina para Adultos | Jueves 30 de Enero de 2025 | Un ideal mejor que el olímpico

Un ideal mejor que el olímpico

«Pero […] que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos» (Mat. 20: 26-28)

El francés Pierre Frédy, barón de Coubertin, al iniciar en 1894 el movimiento olímpico contemporáneo resumió el ideal olímpico con un lema en latín de tan solo tres palabras: «citius, altius, fortius» (más rápido, más alto, más fuerte).

Este lema responde al objetivo de estimular a los deportistas a superar los límites de sus capacidades físicas. Concretamente se traduce en intentar correr, nadar, remar o esquiar unos segundos más rápido, saltar unos milímetros más alto o levantar pesos unos gramos más pesados que los demás competidores.

El espíritu competitivo, llevado a su extremo en lo que al físico se refiere en los juegos olímpicos, se da también en otros ámbitos a menudo menos «sanos» que el de los deportes. Nuestra sociedad de consumo parece tener un lema fácil de resumir: «más dinero, más poder, más placer». Y así nos va en este mundo, en el que los ricos cada vez acumulan más dinero, los poderosos pugnan por tener cada vez más poder y la búsqueda de algunos placeres parece no querer aceptar ningún límite.

Los propios discípulos de Jesús se habían puesto a competir incluso en una esfera tan aparentemente espiritual como la de su eventual «jerarquía», o fervor, entre los seguidores del Maestro. Su «lema» se parecía tristemente al de muchos de nuestros contemporáneos, al ponerse a pugnar por quién era «el mayor, el primero o el principal».

El ideal de Jesús iba prácticamente en dirección contraria porque ponía en primer lugar servir y ser más solidario. Ese es el ideal que expone, tanto a sus discípulos como a nosotros, en el pasaje escogido para nuestra meditación de hoy.

Si Jesús tuviera que parafrasear el lema olímpico a la luz de su propio ideal de vida, podría decir algo parecido a lo siguiente: «más rápido (para servir), más alto (para acercarte a Dios) y más fuerte (para ayudar a otros), con el poder de su Espíritu». Señor, dame la fuerza para que mi lema hoy sea servir más, mejor y con más alegría.

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