¿Qué imagen tienes de Dios?
«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (Juan 17: 3).
Un estudio relativamente reciente de la Universidad de Baylor (Texas) acerca de la imagen de Dios que tienen los creyentes demostró que la mayoría se reparte entre tres conceptos diferentes: el Dios autoritario, el benevolente y el distante.
• Un 31 % de los encuestados cree que Dios no cesa de vigilar nuestros actos como un policía y aplica severos castigos a nuestras faltas. Prácticamente todas las desgracias personales, accidentes o tragedias naturales, las sequías, los tornados, los tsunamis, las epidemias, etcétera, son manifestaciones de la ira divina. El Dios que ellos temen es un ser supremo permanentemente furioso por los pecados de la humanidad. Esta es la imagen de Dios que tienen ciertas mayorías más conservadoras, o menos educadas, o de clases sociales más humildes. Como reflejo de su concepto de Dios, suelen estar a favor de la guerra «justa» y de la pena de muerte.
• Muy distinta noción de Dios tiene un 40 % de los encuestados. Para ellos Dios es un ser distante, poderoso, pero sin apenas rostro ni individualidad, una fuerza cósmica que creó a los seres de los que procedemos, pero que no se ocupa para nada de nuestras vidas. Es el Dios de muchos indiferentes a la religión, prácticamente secularizados o agnósticos. Para ellos lo que los seres humanos hacemos no tiene realmente repercusiones más allá de esta vida.
• Otro 23 % de los encuestados creen en un Dios que es a la vez exigente y misericordioso, que espera de nosotros un comportamiento moral, pero que comprende nuestras caídas y perdona nuestras faltas cada vez que nos arrepentimos. Y como es un Dios de amor, probablemente llevará finalmente al cielo a todos los que lo deseen.
Personalmente, creo que estas imágenes de Dios son parciales y caricaturescas. Dios es como un diamante de infinitas facetas, imposible de definir en cuatro frases, y que está infinitamente por encima de nosotros, de nuestras creencias, prejuicios y estereotipos.
Para conocer a Dios no basta toda una vida de estudio. Para crecer espiritualmente necesitamos relacionarnos con él, a partir de lo que él nos ha revelado sobre sí mismo en su Palabra y, sobre todo, lo que sabemos de él a través de Jesús: «A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo […] él lo ha dado a conocer» (Juan 1: 18).
Señor, deseo conocerte cada vez mejor, por experiencia personal, para que nunca me haga una imagen equivocada de ti, porque siempre será una burda caricatura, por piadosa que parezca.
