Matutina para Adultos | Sábado 31 de mayo de 2025 | Ya está terminado

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Matutina para Adultos

«¡Consumado es!» (Juan 19: 30).

«Todo está cumplido» (BJ).

«Queda terminado» (NBE).

Cuando, tras mi jubilación, regresamos a España después de décadas de trabajo en el extranjero, con el fin de entrar en contacto con personas de mi edad y de mi nuevo entorno, me inscribí en unos cursos de pintura para principiantes que ofrecía la Universidad Popular de Valencia.

Algunas de nuestras tareas consistían en intentar copiar algunos cuadros famosos de nuestra elección. Estando en el país del gran pintor impresionista Joaquín Sorolla, y teniendo nuestra escuela muy cerca de las playas donde solía pintar del natural, varios de mis compañeros aprendices de pintores se pusieron a reproducir alguno de sus cuadros, varios de ellos conservados en el museo de Bellas Artes de Valencia.

Al visitar una sala que contenía algunos de sus retratos más conseguidos, me vino a la mente la idea de cómo se podrían mejorar algunos «Sorolla». Bueno, nada humano es perfecto. Entonces, ¿se puede mejorar una obra maestra? Y yo me imaginaba a mí mismo, con la paleta y un pincel en la mano intentando retocar algunos detalles de aquellos cuadros:

¿Poner un poco más de luz aquí? ¿Cambiar un poco el color allá?

Pronto me encontré ridículo ante mis propios pensamientos. Aquellos cuadros llevaban allí varias generaciones y eran considerados como algunas de las mejores obras del reputado impresionista español. Esos cuadros estaban ya bien así y, desde luego, no sería yo quien fuera capaz de mejorarlos.

Recuerdo que cada vez que terminaba una de mis «obras» y se la enseñaba a la profesora, siempre me preguntaba: «¿Ya está terminado tu cuadro? ¿No puedes mejorar nada? Bueno, pues revísalo bien y, sobre todo, no le añadas más faltas».

¿Se puede mejorar una obra maestra?

No hay mayor obra maestra en toda la historia de nuestra humanidad que la obra de la salvación. Cuando Cristo estaba agonizando en la cruz del Calvario pronunció aquellas maravillosas palabras: «Mi obra ya está terminada».

Algunos intentan completar la obra maestra de la salvación añadiendo al «cuadro» de la cruz las pinceladas de sus buenas obras. Pero todas sobran. Esta obra maestra está terminada y no se puede mejorar.

A los tres días, Dios demostró la verdad de esta afirmación resucitando a Cristo de entre los muertos. Y desde el cielo, Cristo intercede por nosotros para convencernos de que todo ya está hecho. La obra maestra de la salvación está terminada. Cristo hizo todo lo que había que hacer. Y ahora nos regala esa obra maestra. Nosotros solo debemos aceptarla con gratitud y adoración.

Gracias, Señor, porque tú completarás mis humildes tareas.

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