“Disfruta de lo que tienes”
“Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento” (Eclesiastés 6:9, NTV).
Hace algunos años el periódico El País, de España, publicó el texto completo de la entrevista que Mario Vargas Llosa le hizo a Jorge Luis Borges en 1981. Uno de los momentos más interesantes es cuando Vargas Llosa le dice: “Usted sabe que buena parte de los países de esta tierra hoy día viven en función del dinero, la prosperidad material es su estímulo”, y Borges reacciona con estas palabras:
“Natural que sea así, sobre todo si hay esta pobreza. ¿En qué otra cosa puede pensar un mendigo sino en el dinero o en comida? Si usted es muy pobre tiene que pensar en dinero. Una persona rica puede pensar en otra cosa, pero un pobre, no. De igual modo que un enfermo solo puede pensar en la salud. Uno piensa en lo que le falta, no en lo que tiene. Cuando yo tenía vista no pensaba que eso fuera un privilegio, en cambio daría cualquier cosa por recobrar mi vista y no saldría de esta casa”.
¡Cuánta razón tenía Borges! Vivimos lamentándonos por lo que nos falta mientras dejamos de disfrutar lo que sí tenemos. Salomón, que tuvo muchas de las cosas que a nosotros nos gustaría tener, nos advirtió: “Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento” (Ecl. 6:9, NTV). El Sabio nos recomienda que seamos más pragmáticos, que le demos valor a lo que está ahí, lo que es presente. Como dijo Matthew Henry: “El disfrute legítimo de lo que tenemos a mano es preferible a todas las ilusiones que nos podamos forjar”.¹⁸⁸ En otras palabras, en un claro desafío a la cultura del siglo XXI, Salomón atribuye más valor al contentamiento que a la ambición.
Todo lo que podamos tener en este mundo es vanidad; por lo tanto, hemos de disfrutarlo, de manera sana y con fundamentos morales, antes de que desaparezca. Cuando Borges perdió la vista, comprendió lo valiosa que era y se dio cuenta del privilegio que había tenido. Pongamos los pies en la tierra y aprendamos a ser felices con las bendiciones que tenemos ahora.
¿Qué te parece si haces ahora mismo una lista de todas esas bendiciones?
188 Matthew Henry y Francisco Lacueva, Comentario bíblico de Matthew Henry (Terrassa, Barcelona: Editorial CLIE, 1999), p. 714..
Exelente, buena reflexión pará meditarlo y ponerlo en práctica, disfrutar las bendiciones que hemos recibido hasta este momento
Excelente. Muchas gracias.
Amén, que se puede decir, si, somos hijos del dueño del oro y la plata. Mi Duos y mi Señor.