Matutina para Jóvenes | Martes 04 de Junio de 2024 | Los misericordiosos alcanzarán misericordia

Los misericordiosos alcanzarán misericordia

«Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos» (Mateo 5: 7).

El doctor Alejandro Whyte, de Edimburgo, relata un encuentro con un devoto cristiano de su congregación, quien había ayudado a mucha gente en necesidad. Un día, después de terminar algunas actividades en la iglesia, aquel miembro miró al pastor con ojos solícitos y preguntó:

—¿Tiene usted algunas palabras de ánimo para un viejo pecador?

—Esto casi me dejó sin aliento —dice el doctor Whyte—, porque yo sabía que él era casi un santo. Pero la paradoja de la gracia es que los más grandes santos se consideran a sí mismos los más grandes pecadores. Así yo me levanté, puse una mano sobre su hombro y le dije: «No hay otro Dios como tú, porque tú perdonas la maldad y olvidas las rebeliones» (Miqueas 7: 18), luego partí a otro lugar. La mañana siguiente recibí una carta de él. Estaba sobre mi escritorio. Decía: «Querido amigo: nunca dudaré de Cristo otra vez. ¡Los pecados de mi juventud, los pecados de mi juventud! Yo estaba cerca de las puertas del infierno, pero aquella palabra de ánimo me confortó. Nunca dudaré de él otra vez. Nunca me desesperaré. Si el tentador me presenta mis pecados, yo diré: “Sí, es verdad, y esos no son sino la mitad de los que puedes acusarme, pero yo he confiado Uno que ‘perdona la maldad y olvida las rebeliones’”».

Todos necesitados de la gracia de Dios. Por eso no juzguemos ni condenemos, sino que ayudemos y animemos a los que sufren o cometen errores. ¿Cómo podemos ser compasivos? Podemos empezar por ponernos en el lugar del otro, tratar de entender sus sentimientos, sus necesidades y sus luchas. Ofrecer una palabra de aliento, una oración, un abrazo o un consejo. Perdonar las ofensas, compartir lo que tenemos.

Ser compasivos no es una tarea fácil. Requiere humildad, paciencia, generosidad y amor. Renunciar a nuestro orgullo e indiferencia para imitar a Cristo, que se hizo hombre por compasión de nosotros, que murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó para darnos vida eterna. Pero ser compasivos tiene una gran recompensa. Dios nos bendice cuando somos compasivos. Nos da su alegría, su consuelo, su esperanza. Perdona nuestros pecados y nos prepara un lugar en el cielo. ¿Quieres ser dichoso? Sé compasivo. Los misericordiosos alcanzarán misericordia.

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