El ciclo agrícola
“Pasó el verano, se acabó la cosecha y no ha habido salvación para nosotros” (Jeremías 8:20).
Este versículo era un refrán popular. La sociedad judía seguía el ciclo agrícola; todas las actividades y la vida económica en general dependían de eso. Por regla general, el ciclo agrícola abarca todo un año, y en algunas regiones pueden existir dos ciclos agrícolas en el mismo periodo de tiempo. El agricultor vive muchos momentos agradables, y también realiza un gran esfuerzo para obtener cosechas abundantes. Tiene que preparar el terrero, sembrar, cultivar, cosechar y comercializar los productos. Cada etapa conlleva inversión, esfuerzo y trabajo.
La etapa más corta, pero la más dura, es la cosecha. Esta ocurría en los meses del verano y era una época de gozo, porque significaba llevar el alimento a casa. En el aspecto espiritual, Dios no tenía razones para gozarse, pues no había nada bueno que cosechar en los corazones de las personas. Parecía que todo el proceso divino de oportunidad y mensajes a favor del pueblo había pasado sin que nada especial ocurriera en la gente. Para Judá, la cosecha era la última oportunidad de arrepentirse; y ahora ya era demasiado tarde.
Piensa por un momento qué ocurre en tu vida durante todo un año: terminaste un ciclo escolar, celebraste Navidad y tu cumpleaños, tuviste vacaciones, viste muchos encuentros de tu deporte favorito. En el ámbito espiritual, escuchaste más de cincuenta sermones, estudiaste cuatro folletos de escuela sabática, quizá participaste en actividades con algún club, y muchos más. Tuviste un montón de oportunidades que Dios te dio para presentarle una cosecha de frutos. Así tu vida muestra que Jesús vive en tu corazón.
La pregunta es, ¿aprovechaste las oportunidades que tuviste a lo largo de un año? Ojalá que sí; pero recuerda que todavía queda tiempo. ¿Y si hoy decides prestar atención a las oportunidades de Dios? Seguro te cruzarás con personas a quienes puedes hablarles de tu amigo Jesús.
