Matutina para Mujeres | Jueves 19 de junio de 2025 | El día que se rompió el vestido de colores

Matutina para Mujeres | Jueves 19 de junio de 2025 | El día que se rompió el vestido de colores

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Matutina para Mujeres

«Pero él no quiso escucharla y, como era más fuerte, la forzó y se acostó con ella» (2 Samuel 13:14, BLPH).

Ojalá pudiera tener la certeza de que hoy, nadie se identificará con la chica de la historia, pero sé que no será así. La guerra que existe entre el bien y el mal ha dejado víctimas a su paso y una de ellas quizás seas tú. Hoy se celebra el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, y se busca dar

apoyo a quienes lastimosamente han tenido que pasar por este trance.

Tamar era una princesa llena de sueños a quien no le faltaba hermosura. Se le podía ver caminando por el palacio o por el mercado acompañada de sus doncellas y vistiendo ese maravilloso atuendo de colores que portaba con orgullo, como símbolo de la hija del rey y de su virginidad. En el esplendor de su juventud tuvo la desgracia de ser el motivo de infatuación de uno de sus hermanos, quien con engaños y un plan perfectamente trazado, la llevó hasta su cuarto, la violó, luego la despreció y la echó a la calle. ¡Qué sentimiento más ruin el de este hombre! Aquel día, Tamar rompió los vestidos que identificaban su virginidad, pues se rompió su alma.

Resulta escalofriante saber que, si bien los hombres perversos buscan a sus víctimas en la calle, también hay quienes buscan dentro de su propia familia. Padrastros que violan a sus hijas, hermanos que ultrajan a sus hermanas, tíos que abusan de sus sobrinas, abuelos que mancillan a sus nietas y un sinfín de casos inaceptables. Cuidar a los que amamos es una tarea que no debe ser tomada a la ligera.

Si has pasado algo similar y tu alma está quebrada, si como Tamar te han quitado la alegría de vivir, hay buenas noticias para ti. Empecemos por dejar claro que lo que sucedió no fue tu culpa. El pecado, la inmoralidad y la bajeza que existe en la mente de quien te hizo daño es solo culpa de él. Ahora levanta la cabeza, ponte tu vestido de colores: rojo de la sangre de Cristo, verde de la esperanza, azul de las ilusiones y blanco de la pureza. Decide continuar el camino porque delante de Dios, estás limpia. Si el enemigo tiene formas de hacerte entristecer, Jesús tiene mil motivos para hacerte sonreír. Sigues siendo una princesa.

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