Matutina para Mujeres | Martes 13 de mayo de 2025 | El castillo de Versalles

Matutina para Mujeres | Martes 13 de mayo de 2025 | El castillo de Versalles

Matutina para Mujeres

«Por eso están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo. Y aquel que está sentado en el trono les dará refugio» (Apocalipsis 7:15).

Después de un cansado pero extraordinario recorrido por los jardines del castillo de Versalles, Francia, salimos y me percaté que la fila para entrar al castillo era más larga aún que cuando llegamos. Debido a que los boletos de entrada solo se venden anticipadamente por Internet, no tuvimos el privilegio de entrar al Castillo, pero sí de caminar por los jardines. Sin embargo, llamó mi atención la cantidad de personas que esperaban su turno para entrar. Parados debajo del sol, niños, jóvenes y adultos de distintas partes del mundo aguardaban, con paciencia, el tan esperado momento. Con vacilación, me acerqué a un guardia de la entrada y le pregunté cuántas personas al día entraban al castillo. Su respuesta me dejó realmente sorprendida.

–Cuando son días de verano, aproximadamente veinte mil –dijo.

Sin embargo, a pesar de la historia, cultura, belleza y arte que ofrece este patrimonio de la humanidad, no hay más rey en el trono. En realidad, es solo un museo que muestra al mundo el pasado de un reino.

Congregarnos en nuestros templos debería ser un ensayo de lo que será cuando nos encontremos en el palacio de Dios, en el Cielo. Nuestro ánimo por encontrarnos con él cada día de servicio no debería ser distinto al que manifestaríamos si tuviéramos su trono visible en cada iglesia. No podemos esperar a estar delante de su presencia en el trono celestial, si ahora en la tierra no queremos acudir a su casa.

Ir a la iglesia representa hacer una larga fila soportando el calor de los problemas, las gotas de preocupaciones, el frío de algunos corazones o el hambre y la sed, pero aguardando con paciencia por la certeza de que el tiempo llegará cuando podamos entrar en el palacio celestial para ver al Rey. No nos salgamos de la fila, pues el tiempo está cada vez más cerca. No encontraremos solo un museo de antigüedades, sino que habrá para cada una de nosotras regalos nuevos y maravillosos que el Rey nos está preparando.

La buena noticia es que no tenemos que comprar boletos por Internet. Cada mañana, Dios te entrega la oportunidad de seguir en la fila porque él pagó tu boleto en la cruz.

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