Matutina para Mujeres | Martes 29 de julio de 2025 | Tirar la toalla

Matutina para Mujeres | Martes 29 de julio de 2025 | Tirar la toalla

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Matutina para Mujeres

«David siguió diciendo: ‘Sé fuerte y valiente y haz el trabajo. No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor Dios, mi Dios, está contigo. Él no te fallará ni te abandonará. Él se asegurará de que todo el trabajo relacionado con el templo del Señor se termine correctamente’ » (1 Crónicas 28:20).

–Ya tiramos la toalla –le dijo Félix a mi papá, y continuó contando sus penas.

A mis ocho años, nunca había escuchado esa expresión, por lo que no entendí su significado. Cuando estuvimos en el auto, le pregunté a mi padre qué había querido decir su amigo, a lo que respondió que él y su esposa estaban en proceso de divorcio. Tirar la toalla, rendirse, dejar de luchar, dejar de intentar, parar la contienda, bajarse del cuadrilátero y darse por vencido son opciones que algunos toman ante el combate de

la vida. El término «tirar la toalla» se aplica cuando en una pelea de boxeo, el entrenador arroja la toalla dentro del ring para indicar que su boxeador debe abandonar la pelea porque no está en condiciones de seguir luchando. Entonces, la pelea se da por concluida.

En la vida cristiana, nosotras hemos subido al cuadrilátero para pelear la buena batalla de la fe. Los golpes asestados por el enemigo a nuestros corazones, en ocasiones, nos hacen querer salir corriendo y abandonar la pelea. En el texto de hoy, David le dice a su hijo: «Sé fuerte y valiente y haz el trabajo. No tengas miedo ni te desanimes». La promesa para Salomón era que Dios estaría con él durante toda la construcción del templo

hasta que acabara la obra. Esa misma promesa es hecha hoy para ti. ¡Qué maravilloso es saber que Dios está con nosotras en medio del combate!

En 1995, Laura Serrano y Deirdre Gogarty discutían en el ring por el título mundial del boxeo femenil. En el round número siete, el entrenador de Deirdre arrojó la toalla dentro del cuadrilátero y la mexicana Laura obtuvo el triunfo. Reconforta saber que Jesús nunca va a tirar la toalla por ti porque él sabe que tu pelea está ganada.

La buena noticia es que Jesús no entrena perdedores porque, con su victoria, todos somos vencedores. Cuando los golpes de la vida lleguen a tu vida y sangres, llores, te canses y pienses que ya no puedes más, no temas ni desmayes; solo resiste porque pronto el réferi levantará tus manos en señal de victoria. No obtendrás un cinturón de campeona mundial, pero sí obtendrás una corona que el mismo Jesús pondrá en tu cabeza.

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