Miércoles 23 de Noviembre de 2022 | Matutina para Menores | El príncipe y el pastor

El príncipe y el pastor

“Y renovó Jonatán su pacto con David” (1 Samuel 20:17, NBV).

En las islas del Pacífico, cuando los niños juegan con cangrejitos los colocan en una canasta pequeña. Cuando un cangrejo está solo, este se escapa y se puede perder. Pero, si en la canasta hay dos cangrejitos, cada vez que uno de ellos se está por caer, el otro lo arrastra hacia adentro, como si hubieran hecho un pacto de no dejarse solos nunca y cuidarse mutuamente.

Los verdaderos amigos son como los cangrejos en una canasta: te ayudan a mantenerte dentro de los límites correctos, ¡no te abandonan! Un verdadero amigo es alguien que te ayuda a ser mejores cosas y nunca quiere convencerte de hacer nada incorrecto. No permite que te pierdas y siempre está a tu lado para ayudarte, cumpliendo con el compromiso de amistad, y de “arrastrarte para adentro” cuando es necesario.

En la Biblia encontramos un hermoso ejemplo de amistad entre un príncipe y un pastor. Jonatán era el príncipe heredero. David, un pastor convertido en guerrero. Jonatán sabía que su amigo David un día ocuparía su lugar en el trono, pero en vez de tener envidia, hizo un pacto de amistad.

¿Qué es un pacto? Es una promesa, un compromiso entre dos o más personas. Mediante este pacto, Jonatán y David se comprometieron a estar unidos como hermanos; y el hijo del rey le entregó a David sus ropas reales, su espada y su arco. Y le pidió a David que nunca dejara de ser bondadoso con su familia.

Este era un compromiso de amistad y de paz que continuaría con las siguientes generaciones. Cuando Jonatán murió en una batalla, David quiso cumplir su pacto y buscó si había alguien que estuviera vivo de la familia de su amigo Jonatán. Encontraron a Mefiboset y lo hicieron traer delante de él. Cuando David vio al hijo de su amigo, le dijo: “No tengas miedo, conmigo estás a salvo”. Le devolvió todas las tierras que le correspondían, y a partir de ese día comió en la mesa del rey. No solo disfrutó la deliciosa comida, sino compartió con el rey, todos los días de su vida.

¿Cumplió su parte del pacto David? Claro que sí. Adoptó al hijo de su amigo como parte de su familia real. Nunca dejó de ser bondadoso con él como lo había prometido.

Si desarrollas características de un buen amigo, tendrás amigos verdaderos toda la vida, al igual que con Jesús, quien quiere hacer un pacto especial de amigo verdadero ¡por la eternidad!

Magaly

Comparte este devocional
Deja tu comentario