José como administrador
“Dijo el faraón a sus siervos: ‘¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?’ ” (Génesis 41:38).
Han pasado trece años desde que José llegó a Egipto. Había tenido días buenos y otros no tanto, pero él vivía feliz, pues Dios siempre estaba con él en todo deber que hiciera. Una manera como José demostró su sabiduría fue interpretando sueños. Antes, cuando estaba en su casa, había tenido sueños, pero desde que estuvo en la cárcel en Egipto los interpretó también.
Las circunstancias en la vida de José cambiarían de un día al otro. Muy pronto se convertiría en el segundo hombre más importante del país. Solamente el Faraón sería más importante que él. Para que eso ocurriera, José tuvo que demostrar su sabiduría una vez más. El Faraón lo mandó a llamar. Él escuchó atentamente el extraño sueño del Faraón. José lo interpretó y dio una buena sugerencia para enfrentar los siete años que habría falta de alimentos.
Luego, mostró sabiduría al administrar el alimento durante los siete años de abundancia, y cuando llegaron los años de escasez, los habitantes de Egipto tuvieron alimento. Fue tan evidente que había comida en Egipto que personas de lugares lejanos se acercaron a comprar comida. José fue prudente y no desperdició los bienes cuando hubo abundancia. Siempre dejó en claro que Dios era quien revelaba los misterios y daba la sabiduría (vers. 16). El Faraón lo notó y dijo que José era alguien que tenía el “espíritu”. ¡Y así era!
El Espíritu Santo es quien nos ayuda a elegir sabiamente. El Espíritu Santo puede vivir en nuestro corazón y nos capacita para obedecer, y para conocer mejor a Dios al leer la Biblia. Jesús habló del Espíritu Santo como nuestro maestro y nuestro amigo que nos anima cada día. Por eso, es importante pedirle a Dios que nos dé su Santo Espíritu.
A lo largo de la vida habrá épocas de tranquilidad, representadas con las siete vacas gordas, y momentos de escasez, como las siete vacas flacas. Demostramos sabiduría cuando ahorramos en tiempo de abundancia para tener suficiente cuando lleguen las necesidades. Sé un sabio administrador de lo que Dios te da.
