Viernes 23 de Diciembre de 2022 | Matutina para Adolescentes | Un príncipe explora el Oeste

Retrato de una de sus expediciones

Un príncipe explora el Oeste

“Mejor es adquirir sabiduría que oro fino, y adquirir inteligenciavale más que la plata” (Proverbios 16:16, RVR 95).

¿No deseas, a veces, salir a explorar alguna tierra desconocida? ¿Quizás una isla que nadie haya pisado antes? ¿O tal vez descubrir unas ruinas antiguas en lo profundo de los increíbles bosques de una selva tropical?

En esta fecha de 1829, un príncipe real de Alemania hizo precisamente eso cuando salió de San Luis, Estados Unidos, en una expedición por el río Misuri para estudiar la vida vegetal y animal. Era el príncipe Paul Wilhelm von ­Württemberg, y su historia es muy interesante. Más adelante se convertiría en duque; pero, por ahora, era solo un príncipe que salía a divertirse.

Él y sus cortesanos reales habían hecho un viaje a Norteamérica siete años antes. Habían llegado a Nueva Orleans y viajado por el río Misisipi. En esa ocasión, el príncipe Paul tuvo la oportunidad de conocer al famoso William Clark y ¡apenas podía creerlo! ¡Era Clark! Incansable explorador y uno de los viajeros originales de la expedición pionera del presidente Jefferson por el río Misuri hacía casi dos décadas.

Lo que más le molestaba al príncipe Paul eran las cosas sencillas de estos viajes, como los mosquitos chupasangre. Venían en enjambres y casi lo volvían loco. Pero, el príncipe estaba decidido y sobrevivió de todos modos. Cuando llegó el momento de regresar a Alemania, William Clark envió con él a Jean Baptiste Charbonneau, su hijo adoptivo de 16 años, para que viajara con el príncipe por Europa y por África. Jean Baptiste era hijo de Sacagawea, la mujer india que había ayudado a dirigir la expedición de Lewis y Clark río arriba en 1803.

Ahora, en 1829, el príncipe Paul regresaba a los Estados Unidos luego de hacer un largo viaje. Podría haber optado por vivir sus días en la comodidad del lujo real, pero decidió una vez más que quería estudiar la naturaleza y experimentar la emoción de la aventura más allá de los muros de su castillo.

Y eso es lo que el príncipe Paul von ­Württemberg decidió hacer durante el resto de su vida. En vez de viajar en busca de oro o plata, como habían hecho y harían muchos otros, se concentró en recoger, conservar y dibujar miles de plantas y minerales; y también observó y registró especímenes de muchos animales.

Definitivamente, es mucho mejor viajar para conocer el mundo que nos rodea y la naturaleza que Dios nos regala.. El aprendizaje solo puede traer sabiduría, especialmente cuando incluye a Dios.

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