El ama, nosotros amamos
«No dejen de amarse unos a otros como hermanos» (Hebreos 13: 1).
LOS PÚLSARES SON ESTRELLAS DE NEUTRONES GIRATORIAS. SE CREAN cuando el combustible de las estrellas gigantes se quema por completo. En ese momento, se produce una explosión y, cuando se forma el nuevo núcleo, con partículas comprimidas entre sí, tenemos el surgimiento de una estrella de neutrones. La compresión generada hace que la estrella tenga una elevada velocidad de rotación.
Los científicos afirman que, a medida que la estrella de neutrones gira, las partículas son arrancadas de su superficie, impulsadas hacia el espacio y vistas desde la Tierra como una luz pulsante, semejante a un faro gigante que brilla en el espacio. Aunque la inconstancia de la luz emitida por los púlsares sea considerada de gran belleza, la Biblia revela la importancia de mantener encendida, pero de forma constante, una llama que también es muy bella: la del amor fraternal.
Cuanto más nos parezcamos a Cristo, más constante será el amor que dedicaremos a aquellos por quienes él murió. El amor fraternal se traduce en un testimonio que nadie puede contradecir. Esto se debe a que quienes manifiestan este amor se preocupan por ayudar, tratan a los demás con paciencia y bondad, son humildes y muestran compasión por los que sufren.
El amor fraternal es entrega, es poner los intereses de nuestros hermanos por encima de los nuestros, es perdonar como somos perdonados diariamente; es saber que ninguno de nosotros es digno ante Dios y, sin embargo, con amor eterno él nos ha amado y con su bondad nos ha atraído hacia sí. Y tú, ¿acostumbras a amar así? Busca hoy sentir el amor de Dios, y pídele que te ayude a mostrar ese gran amor por dondequiera que vayas.
Piensa de qué manera puedes demostrar hoy el amor de Dios.
