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«Después se puso de pie junto a la columna del rey y en presencia del Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a cumplir, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, estatutos y mandatos, reafirmando así las palabras del pacto escritas en este libro» (2 Reyes 23:3).
En la Biblia, encontramos la historia de Josías, un niño que se convirtió en rey de Judá a los ocho años de edad. A pesar de su juventud, Josías demostró un corazón rendido a Dios y un deseo ferviente de vivir según sus mandamientos.
Cuando Josías tenía 16 años, comenzó a buscar al Señor y a purificar la tierra de la idolatría y la corrupción que habían reinado durante mucho tiempo. Ordenó la reparación del Templo y, durante las obras, se encontró el libro de la Ley de Dios. Al leerlo, Josías se dio cuenta de la desobediencia de su pueblo y de la necesidad de renovar la alianza con Dios.
Josías tomó medidas drásticas para eliminar la idolatría y restaurar el culto y la adoración verdadera a Dios. No solo cumplió con las leyes y los mandamientos del Pacto, sino también animó al pueblo a hacer lo mismo. Josías fue un líder valiente y ejemplar, que buscó la renovación espiritual de su nación y la restauración de la relación con Dios.
La historia de Josías nos enseña la importancia de tener un corazón rendido a Dios, más allá de nuestra edad o posición. Cuando nos entregamos completamente a Dios y buscamos vivir según su Palabra, podemos experimentar la transformación que él produce en nuestra vida y en la vida de aquellos que nos rodean.
Como jóvenes, tenemos una gran influencia en nuestra generación. Podemos ser líderes en la búsqueda de la renovación espiritual y la restauración de la relación con Dios. Debemos ser valientes en obedecer sus mandamientos y vivir de acuerdo con su voluntad, siendo luces en medio de la oscuridad y mostrando el amor y la verdad de Dios a aquellos que nos rodean.
Oración: Querido Dios, te agradezco por la historia de Josías y su ejemplo de un corazón rendido a ti. Ayúdame a ser valiente y estar siempre dispuesto a obedecer tus mandamientos.
