Domingo 15 de Enero de 2023 | Matutina para Menores | Nimrod

Nimrod

“En aquel tiempo todo el mundo hablaba el mismo idioma” (Génesis 11:1).

Después del Diluvio, Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dio la orden de que tuvieran muchos hijos y poblaran la Tierra. Luego de algunos años, ese propósito se cumplió. Pero la gente no quiso separarse mucho; prefirió vivir en un mismo lugar. En esa época se volvió costumbre que las personas compitieran entre sí para mostrar quién tenía más riqueza. La manera más común de demostrarlo era con edificios altos, algo parecido a lo que hoy llamamos “rascacielos”. Quien edificara la torre más alta demostraba su poder, influencia y riqueza. Así trataban de imponer su autoridad.

Sin embargo, el plan de Dios no era que vivieran en una misma zona geográfica, ni que todo el poder para gobernar lo tuviera una sola persona. En esos días, las personas se establecieron en un mismo lugar y un personaje llamado Nimrod las gobernaba. La Biblia se refiere a él como el primer poderoso de la Tierra (Gén. 10:8), fundador de muchas ciudades, entre ellas Babel, que después se llamó Babilonia. Su poder y su riqueza llamaban la atención de muchos. Génesis 10:10 al 12 menciona las ciudades que fundó y se refiere a ellas como las principales ciudades de su “reino”; es decir, no solo era poderoso, era rey. Sin duda, esto hizo que muchos quisieran vivir cerca de él aunque desobedecieran a Dios. Preferían estar de su lado para obtener algún beneficio.

Fue Nimrod quien propuso construir la famosa “Torre de Babel”. Y convenció a la mayoría de construirla. Era un tipo de zigurat; o sea, una torre escalonada y piramidal. Esa construcción sería el ícono de la humanidad. Iba a representar la fuerza, la riqueza y la unidad. Y realmente lo iba a lograr, pues en ese tiempo no hacían falta intérpretes o traductores: todos hablaban el mismo idioma y se entendían. El resultado no fue muy positivo para los constructores.

Esta historia nos advierte que no busquemos la compañía de personas solo por su popularidad, su poder, su dinero o su personalidad, si eso nos lleva a desobedecer a Dios. Siempre será mejor obedecer la voluntad de Dios, que encontramos en la Biblia, para que prosperes en todos tus planes.

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