Lunes 06 de Febrero de 2023 | Matutina para Menores | Rebeca

Rebeca

“ ‘¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?’. ‘Es mi amo’, contestó el siervo. Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara” (Génesis 24:65).

Hoy hablaremos de una joven que conocía a Dios, y era valiente, trabajadora y sensata. Abraham envió a su siervo a la tierra del patriarca para que buscara una esposa para Isaac de entre sus familiares. No era una tarea sencilla. No existían redes sociales para ubicar más rápido a las personas. Además, hacía 65 años que Abraham se había ido de esa región. ¿Por qué Abraham fue tan específico sobre el lugar adonde debía ir su siervo Eliezer? Era porque las personas que vivían ahí descendían de Sem. ¿Recuerdas que Sem era hijo de Noé? Algunas personas de la descendencia de este hijo de Noé adoraban al Dios verdadero. Así, para Rebeca la fe de su futuro esposo no era una novedad. La idolatría no se había enraizado en su hogar. Ella y su familia creían en el Dios creador del cielo y de la tierra.

Rebeca era una joven valiente y decidida. Después del discurso del siervo, su familia habló con ella. Su respuesta podía cambiarle la vida, y tenía que decidir en ese momento. La pregunta fue directa: “Llamaron, pues, a Rebeca y le preguntaron: ‘¿Irás tú con este hombre?’ Ella respondió: ‘Sí, iré’ ” (Gén. 24:58).

Rebeca era trabajadora y servicial. Era su costumbre ayudar en las tareas del hogar. El relato muestra que iba al pozo para buscar agua fresca que se usaba para las necesidades de la familia. La tarea no era sencilla. Su espíritu servicial se manifestó cuando estuvo dispuesta a ofrecerle agua no solamente al siervo y a las personas que lo acompañaba, sino a diez camellos… camellos sedientos después de un viaje de varios días. En esas condiciones, cada camello pudo beber hasta ochenta litros de agua, es decir, los diez bebieron ochocientos litros. ¡Imagina la cantidad de veces que tuvo que ir y venir con su cántaro desde el pozo hasta donde estaban ellos!

Rebeca era una joven sensata. Cuando estaba a punto de encontrarse con Isaac, tomó el velo y se cubrió. En su cultura, eso mostraba modestia y recato: dos virtudes valiosas hasta hoy.

En una época donde las estrellas juveniles muestran el cuerpo para ser populares, cuando muchos exponen todos sus pensamientos en las redes sociales, es bueno recordar el valor de la individualidad y la exclusividad, tanto de tu cuerpo como de tus ideas. No tienes que decir todo lo que piensas; no tienes que mostrar todo lo que haces.

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